La gastronomía alemana ofrece mucho más que sólo consumir salchichas

Alemania lanza este año en Argentina y el mundo una fuerte campaña de promoción turística basada en la riqueza de sus comidas y la particularidad en cada uno de sus 16 estados con el objetivo de salir del cliché que se tiene respecto a que sólo se consumen salchichas, y así potenciar al turismo gastronómico.

“Hoy los esfuerzos están puestos en el año culinario. Cada región tienen algo muy típico y muy clásico. Tenemos 16 estados, y cada uno tiene su propia comida que vamos atraer a Argentina para mostrar y para que se conozca su diversidad”, dijo a Télam, Michael Meier, director de Marketing y Ventas de la Oficina Nacional Alemana de Turismo (ONAT).

“Hay que romper con la idea que se tiene en el inconsciente colectivo que sólo la salchicha es la comida que encontramos en Alemania, porque cada estado tiene su propia comida y repostería”, graficó.

Un recorrido gastronómico por cada uno de los estados alemanes confirma esta inmensa variedad de platos típicos, muchos influidos por las corrientes migratorias, además de las nuevas tendencias en cuanto a comida orgánica y vegana, muy popular entre los germanos.

Las cifras son elocuentes, tal como lo demuestra un estudio realizado por la ONAT: ir a los restaurantes y cafés está en el segundo puesto en popularidad de los visitantes extranjeros; el 18,2% de los ingresos por turismo viene de la mano de la gastronomía; unos 300 restaurantes cuentan con una o más estrellas Michelin; elaboran alrededor de 3.200 tipos diferentes de pan y cerca de 5.000 variedades de cervezas, entre otros ítems.

En el estado de Baden-Wurtemberg, al sur del país. la pasta rellena de carne picada y espinaca “Maultaschen“, es una especialidad de Stuttgart, que según la leyenda, fue inventada por los monjes que en la época de Cuaresma no querían renunciar a la carne y la ocultaban en una oblea de pasta.

Baviera es tradicional por la gran variedad de salchichas, y en este caso la estrella es la “Weißwurst” o salchicha blanca, elaborada con carne de ternera y de cerdo, además de cebolla y perejil fresco, que por tradición se debe comer antes de las 12 del mediodía en una terraza, chupando la carne de la tripa, y acompañada de mostaza dulce, bretzel y cerveza.

En la capital, Berlín, comer en la calle es toda una tradición y los berlineses están particularmente orgullosos de la “Currywurst“, como los que se sirven desde 1930 en el de Konnopke’s Imbiss, en la avenida Schönhauser Allee, con cinco niveles diferentes de picante; incluso hay un museo dedicado a esta especialidad considerada de culto.

Al noreste, en Brandeburgo, los pepinillos conservados con especias son el producto más conocido del bosque del Spree: un crujiente aperitivo que se presenta con sabor a mostaza, ajo o pimienta.

El Mercado del Pescado en la ciudad portuaria de Hamburgo, que funciona desde hace 300 años, es ineludible para degustar un panecillo con pescado y un rollmops, o rollito de filete de arenque, con los gritos de los vendedores ofreciendo sus productos de fondo.

Por su parte, en el estado de Hessen, al suroeste del país, el “Ebbelwei” o vino de manzana se sirve como la “bebida nacional”, en particular en Frankfurt, y se acompaña de platos contundentes como costillas, salchichas de hígado y morcillas con chucrut y pan de pueblo.

El estado de Baja Sajonia, que limita con el Mar del Norte, se caracteriza por la tradición de preparar col rizada en invierno, donde la verdura se come acompañada de una “Pinkel“, una salchicha ahumada que contiene sémola junto con tocino, panceta, cebolla y especias.

Por su parte, Renania del Norte, Westfalia es la zona rica en variedades de cerveza, desde la “Kölsch“, en Colonia, y la “Altbier“, en la vecina Düsseldorf, hasta las innumerables grandes y pequeñas cervecerías en todas las regiones del estado.

El estado del Palatinado Renano es el mayor productor de vino de Alemania, colmado de tabernas, abiertas durante los meses del verano dentro de las bodegas, así como en las fiestas del vino que se celebran sobre todo desde mediados de agosto hasta primeros de octubre.

En el pequeño estado de Sarre, situado entre Luxemburgo y la región francesa de Lorena, el plato tradicional es el “Dibbelabbes“, una hogaza o paño, el llamado “Labbes“, formado por papas ralladas, puerro, cecina y especias cocinados en una sartén pesada, que se acompaña de compota casera de manzana.

La producción de queso Harzer es una de las exquisiteces que se elaboran en el estado de Sajonia-Anhalt -casi en el centro del país-, mientras otras 120 variedades, en la mayoría artesanales, se encuentran en el estado de Schleswig-Holstein, en el noroeste del país.

Por su parte las papas de Turingia, en forma de bola, es un producto muy apreciado por turistas y locales en platos como las Thüringer Klöße, que se elaboran a base de papas crudas ralladas junto con otras cocidas y machadas con un relleno de crujientes picatostes tostados en manteca.

Estos son algunos de los tantos productos que los argentinos podrán conocer este año en el marco de una campaña temática internacional denominada “Culinary Germany“.

“Es una campaña a nivel global, y como parte de ella, vamos a tener un conocido chef de argentina cocinando esas recetas alemanes para que el público las conozca y nos venga a visitar. La idea es incrementar cada año un 10% en la llegada de argentinos que ahora vienen a Alemania en un número de 89.000 al año”, precisó Meier.

Deja una respuesta